Asociación Gladys Pezzutti
Asociación privada sin fines de lucro, que está compuesta por fieles católicos, laicos casados o solteros, sacerdotes y religiosas con espíritu de servicio a los demás.
La Asociación fue fundada el 14 de Julio del 2003 por el sacerdote Monfortiano P. Luciano Ciciarelli. Hemos adoptado la espiritualidad de San Luis María de Montfort, nuestro Patrono, como consagrados a la Virgen María, como esclavos de Amor. Y tomamos el nombre de la Señora Gladys Pezzutti de Teullet, quién dedicó mucho tiempo al estudio de las Sagradas Escrituras, vida y obras de San Luis María de Montfort y la Divina Misericordia, dejándonos ese legado de vida al servicio de Dios y del prójimo.
Ofrecemos oración continua por las necesidades del mundo y de los más necesitados, a través de nuestros grupos, los Misioneros Orantes y Apóstoles del Santísimo Sacramento.
Además, contamos con los Hogares Gladys, albergues gratuitos transitorios con atención las 24 horas del día, todos los días del año. Dichos albergues son destinados a Mujeres y Madres con Hijos menores que se encuentren en total estado de abandono, ofreciéndoles alojamiento, alimentación y necesidades inmediatas. Actualmente contamos con tres Hogares ubicados en la Ciudad de Lima, Chiclayo y Jaén.
BREVE RESEÑA BIOGRÁFICA de la Señora Gladys Pezzutti de Teullet: Corría el año 1,935, cuando un 30 de Junio, nacía en la ciudad de Lima, en el hogar de los esposos Pezzutti García, una niña, a quien pusieron por nombre Gladys Teresa. Fueron sus padres don Raúl Eduardo Pezzutti y doña Rosa García, ambos naturales de ciudad de Lima, capital del Perú.
Este acontecimiento llenó de felicidad el hogar de la familia, pues, consideraban como todos los padres que reciben su primer hijo, que esta niña era la bendición que les enviaba Dios, por ser una familia muy católica.
No esperaron mucho tiempo, y el 5 de octubre del mismo año era conducida a la parroquia de las Mercedarias de Lima donde recibía el sacramento del Bautismo, siendo sus padrinos don Salvador Ricciardi y doña Angélica Terán de Yáñez. Desde entonces, y a pesar de su corta existencia, jamás se apartaría de sus compromisos bautismales.
Su infancia y adolescencia se desarrollaron en la ciudad de Lima en un ambiente de paz, armonía, amor familiar y sobre todo de devoción a la santísima Virgen María. En su juventud fue atraída por el arte, la pintura, la poesía en los que se manifestaba con gran fuerza, su intensa sensibilidad humana y su inmensa piedad.
A los veinticinco años contrae matrimonio con don Luis Alfonso Teullet Domínguez, que desde entonces se convertiría en el compañero de toda su vida y depositario de toda su ternura, además del principal apoyo para el desarrollo de la inmensa caridad de su corazón. No tuvieron hijos carnales, pero sí muchísimos hijos adoptivos (por decirlo así), pues contribuyeron con mucha frecuencia en la preservación de la salud, educación, y prevención de la perdición de tantas personas, generalmente, en forma anónima.
Su generoso corazón nunca estaba tranquilo, siempre estaba encontrando y ayudando a los desposeídos y necesitados a su paso, después, consideró que era más importante salvar el alma que el cuerpo, el cual finalmente siempre será ganado por la muerte física. En cambio el alma que trascenderá más allá de la muerte, ya no podría salvarse. Desde entonces consideraba curarles, si era posible el cuerpo para luego salvar el alma.
En su rostro era fácil adivinar la generosidad de su corazón; sus ojos reflejaban la humildad y la sinceridad; en su voz, el cariño que sentía por todos los seres humanos y especialmente por los pobres, minusvalidos, discapacitados, huérfanos, madres abandonadas y por los que no conocían a Dios. Su preocupación por estos últimos fue tan grande que la decidió a enrolarse en la “Legión de María”. Desde allí contribuyó con todo su esfuerzo a la difusión del santo Rosario, la devoción a la santísima Virgen María y a la Legión de María. Después amplió su apostolado a la difusión de la devoción al “Señor de La Divina Misericordia”. Dedicó mucho tiempo al estudio de las Sagradas Escrituras, vida y obras de San Luis María de Montfort y la Divina Misericordia.
Al darse cuenta que existía mucha gente que deseaba contribuir con la Iglesia Católica y que no encontraba un canal de desarrollo de su caridad, se dedicó a la difusión de la “Consagración al Sagrado corazón de Jesús por las manos de María” según el “Tratado de la Verdadera Devoción” de San Luis María de Montfort. Con estas herramientas en sus manos hizo conocer la inmensa misericordia de Dios y las infinitas virtudes de María santísima Con lo que hizo feliz a tantas personas que encontraron la salvación de sus almas, el desarrollo de su caridad, la curación de tantos enfermos, la ayuda para tantos huérfanos y el desarrollo de la verdadera fraternidad entre los donantes y sus beneficiarios, es decir, una obra casi imposible. Entre sus logros se pueden contar:
- Formación de una Asociación de Discapacitados.
- Formación de un Patronato de Apoyo Social y Económico a la “Asociación Entusiastas”
- Formación de un grupo de Preparadores para La Consagración.
- Formación de un grupo de difusores de la evangelización.
- Formación de un grupo de difusores de la Consagración Total.
- Legionaria, haciendo su “Promesa Legionaria”.
- Esclava de María con su Consagración Total según el método de San LuisMaría de Montfort.
- Cooperadora del Opus Dei.
- Difusora del Tratado de la Verdadera Devoción.
- Difusora de la Coronilla del Señor de la Divina Misericordia.
- Organizadora y expositora de Retiros Espirituales.
- Ministra de la Eucaristía, entre otros.
Sus viajes al Perú eran periódicos, y tendría que vivir un tiempo en el Perú y otros en España, y cada despedida le causaba tristeza, que ella dedicaba con amor al Divino Hacedor.Toda esta obra la realizó en el Perú, pero a fines de la década del 80, por motivos de trabajo de su esposo tuvo que trasladarse a España, pero también allá fundo un grupo de oración a la Divina misericordia y otros de caridad sin descuidar la difusión del Tratado de la Verdadera Devoción de San Luis María de Montfort y siempre llevando La Palabra de Dios a los hogares.
Pero en todo este tiempo de idas y venidas se dedicó a componer diversos versos, cantos y oraciones al Señor y a la Virgen María así como a los lugares que tanto amó (gran parte de las cuales se encuentran publicadas en la Página Web www.bibliaamada.org hasta que el 14 de Julio del 2001 el Señor la recogió y nos privó de su alegría, pero dejándonos el hermoso ejemplo de su vida y sus enseñanzas.
Su enfermedad fue un rosario de sacrificios y enseñanzas a su familia, sus amigos, sus vecinos del hospital y toda una comunidad de familiares de los enfermos que compartían con ella las dificultades de la enfermedad.
Las copias de sus escritos se repartían entre los que salían del hospital, después de sus visitas a sus pacientes, como si fueran pan caliente recién salidos del horno, y su muerte se convirtió en un acontecimiento para mucha gente que tenía familiares en ese hospital provocando un tumulto entre los cientos de personas que querían saber algo de ella o lograr alguna copia de algunos de sus escritos. Y empezaron a circular rumores de los escritos que cada cual había obtenido de ella.
De sus provechosos escritos que se convertían en esperanza para todos los que la conocimos y queríamos seguir su ejemplo y enseñanzas, gran parte, también se encuentran en la misma página web.
En cierta ocasión le escribía a su madre: “Mami, te cuento, que el Padre me dijo que no hay que pedir milagros, que Dios como Padre sabe lo que conviene a cada alma y que, aunque el sufrimiento sea insoportable él nos da la fuerza, porque con ese dolor, Él va hacer su voluntad de algún acontecimiento de salvación para otros, y que a ti te puso en la residencia para dar ejemplo de tu fe y de tu dolor”. Y a mí me dijo: “Todo lo que sufres lo ha sufrido Jesús y María antes, y que de cada agonía hay algo que puedo ofrecer”, y me hizo una lista larga.
Cierto día que siente una intensa tristeza frente a ese desgarro tan grande ante la eminente separación del esposo y de la madre, dice a una amiga: “Pese al dolor que este desprendimiento me causa, no debo torcer los designios de Dios, no debo ser un obstáculo a sus designios”.
Uno de esos días, Lucho, su esposo, le dijo que por favor no se fuera, que la necesitaba. Gladys, haciendo uso de toda esa fuerza que llevaba dentro, le dijo: “Por favor, no me pidas eso, comprende, nosotros no podemos torcer los planes de Dios”. Momentos después reza: “Ofrezco todo cuanto dentro de mi cabeza se rompe al pensar en esta separación, por los esposos que se abandonan» (separaciones conyugales etc.).