
Biografia Padre Luciano Ciciarelli
PADRE LUCIANO MARÍA CICIARELLI
Los pasos del padre Luciano: “Apóstol de la nueva evangelización” Toda una vida de Misión: Sus últimos cincuenta años.
El padre Luciano nace en Civitella Casanova (Pescara) En Contrada Pastini, el 2 de Julio de 1936, fiesta de la Virgen de la Visitación, fueron sus padres doña Carolina de Bernardinis, llamada Cariona, y su padre don Franco Ciciarelli, llamado también como Fran, o también cucho y es acogido por los gritos festivos de sus tres hermanos y de sus dos hermanas. Papá Francisco es legionario con Gabriel D’Anuncio, después partirán a la segunda guerra mundial. En 1970 es condecorado con la Cruz de Caballero de la orden de Vittorio Veneto por el servicio prestado durante la primera guerra mundial alpino.
El recién nacido en casa de los Ciciarelli es bautizado el 5 de Julio del mismo año por el párroco don Cesar Casari, en la parroquia dedicada a la “Virgen de la Gracia” y sus padres le escogen el nombre de Luciano: “Luz del mundo”. Luz que modelará su vida humilde y de fe en María, casi como un presentimiento que este rubio niño, con ojos azules como los de la mamá, un día llegaría, a través de la luz del evangelio, a todos los pueblos de la tierra. Sexto de los nueve hijos de los cuales cuatro varones: Fortunato, Angel, Anuncio y Luciano y cinco mujeres: Elena, Elodia, Elia, Elvira y Emma, vive serenamente su infancia en una familia afianzada en la religión católica y muy practicante.
Durante la segunda guerra mundial los niños disponen de juguetes nuevos para jugar, por lo que Luciano disfruta en construirlos junto con sus hermanos menores: las tapas de madera, el trineo, los esquís y los muñecos de nieve. Utiliza los núcleos de las mazorcas para componer casas, castillos y puentes. Se regocija del contacto con la naturaleza y de las pequeñas cosas que descubre, admira extasiado las estrellas y la luna que brillan en el cielo y corre libre por el campo haciendo saltos mortales en sus verdes prados, jugando a los escondites con sus pequeños amigos, Le gusta mucho cuidar las plantas y las flores, riega los árboles frutales con los injertos hechos por su padre y trata de separar los troncos de los árboles secos. A menudo va con los hermanos mayores al riachuelo “Schiavone” para bañarse, recoge piedras palos y conchas para jugar. Le encanta pescar, y el pescado lo pone en una bolsa de red y luego, todos felices, los trae a la madre, para compartirlos con toda la familia durante la frugal cena. Le gusta escalar y refugiarse en los árboles para leer en voz alta y fantasear. A menudo se sorprende al hablar con un amigo imaginario, a quien llama “el gran hombre”: “Veo a un hombre grande, tan grande que llega hasta el cielo desde el suelo, me habla y me invita a que vaya con él. Cuando crezca iré allí, quiero ver quién es y qué tiene que decir, y también veré que hay detrás de esas montañas”.
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