Maestro Espiritual para el año 2000
El 28 de abril la Iglesia celebra la memoria de San Luis María Grignion de Montfort. Un Decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, emitido recientemente, ha insertado esta celebración en el Calendario general de la Iglesia. Este año será entonces la primera vez que la celebración del Santo de Montfort es propuesta a todos los fieles.
En este año 1997 se celebran además los 50 años de la canonización del Santo realizada por el Papa Pío XII, el 20 de julio de 1947. Los Superiores Generales de los Misioneros Monfortianos de la Compañía de María, de las Hijas de la Sabiduría y de los Hermanos de san Gabriel, han proclamado un especial año monfortiano, orientado a hacer conocer mejor la espiritualidad del Fundador. Se están realizando múltiples iniciativas: celebraciones, congresos y publicaciones, que sirven para resaltar la actualidad de la enseñanza espiritual de Grignion de Montfort.
En los últimos años hemos tenido diferentes señales de la influencia que Montfort continúa ejerciendo en la vida de la Iglesia. Ya en los textos marianos del Concilio Vaticano II se había notado una particular semejanza con la doctrina monfortiana, contenida sobre todo en el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen. Gerard Philips, que había trabajado en la redacción del capítulo VIII de la Lumen gentium, interpelado sobre el asunto, no tuvo dificultad en reconocer que el Tratado de Montfort estaba bien presente en su mente y en su corazón, mientras redactaba aquellos textos.
Hace unos años se pidió que se proclamara a Montfort doctor de la Iglesia. La petición fue suscrita por Cardenales, Obispos, Superiores Generales de Ordenes y Congregaciones religiosas. Un reconocimiento oficial del valor espiritual de la doctrina de Grignion de Montfort lo hemos tenido, de manera prominente, con la referencia hecha por Juan Pablo II en la Encíclica Redemptoris Mater (n. 48), donde Montfort es propuesto como «testigo y guía» para cuantos desean vivir la espiritualidad mariana.